“No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el jubilo
no quieras con desgano
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves el mundo”…
(No te salves del Inventario Uno
Mario Benedetti )
La demanda de postular o construir nuestros retos frente al nuevo sistema social que se viene configurando, puede estructurarse a partir de dos postulados básicos.
El sistema social como un balance de fuerzas a partir de los conflictos entre intereses de los actores sociales que modifica toda la estructura social a partir de la respuesta de las instituciones a los grupos de poder que conlleva a la adaptación de las personas respecto a las rutinas impuestas. Así un cambio en las lógicas políticas ocultas como poder y presentadas como exigencia natural o razón social, reclama y promueve la modificación de los roles, las interacciones, el manejo de la comunicación y las demás lógicas sociales cotidianas#.
El profesional con perspectiva psicosocial ubicado en una realidad social que debe repensar para repensarse dentro de ella como sujeto e interventor, en una constante contextualización y reestructuración.
Atendiendo a esto me propongo un acercamiento a las lógicas sociales actuales directas y a nuestro lugar en éstas como sujetos e interventores psicosociales.
RETOS
No podemos desconocer que esa apuesta por el trabajo psicosocial esta denotando claramente lo idealistas de todos aquellos que la encaramos, aún los más reacios a éste tipo de posturas, pues hemos asumido como reto primordial la reestructuración de los sistemas y lógicas sociales que conllevan a situaciones reiterativas y cíclicas de inequidad, violencia y vulneración, el cual a pesar de todos los avatares del quehacer, no abandonamos.
Así pues, nuestras apuestas y retos surgen a partir de una postura personal que define y enmarca nuestro rol como dinamizadores en los diferentes contextos, desde donde se estructuran posicionamientos frente a la sociedad, en general y la comunidad o grupo humano a intervenir en particular.
Bien sabemos la elección y asunción de dicho rol no son decisiones azarosas, al contrario, se han definido y se continúan definiendo de la misma manera y de la mano de nuestra concepción de bienestar o diríamos de nuestras metas vitales.
Apoyados en Nietzsche diríamos que "Nadie puede escuchar en las cosas, incluidos los libros, más de lo que ya sabe. Se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso desde la vivencia."# , reafirmando en ésta idea el lugar primordial de la experiencia como actor social la estructuración de nuestro rol como interventores psicosociales.
De manera un tanto gráfica y grotesca, podemos comparar la manzana en la cabeza de Newton que lo llevo a postular la Ley de gravedad, con el lugar que ocupa nuestra experiencia y bagaje cotidiano en la concepción que tenemos del sistema social. Sin desconocer que Newton ya adelantaba estudios y experimentos al respecto, debemos reconocer que igualmente esa postura del interventor social, es también algo que se construye de manera correlacional entre el estudio de las dimensiones psicosociales y su aprendizaje empírico.
Sería entonces la comprensión del actual sistema macrosocial, tanto como de las lógicas de los micro-contextos de intervención y de las relaciones que se establecen entre uno y otro, el primer reto con el cual nos enfrentamos. Cuando se pretende hacer parte de una perspectiva de análisis e intervención basada en la comprensión de los aspectos psicosociales, es decir de aquello que se teje en la relación multicausal entre el sujeto y la sociedad.
Esto requiere por parte de aquellos que nos hemos formado básicamente en la comprensión del los intrapsíquica o subjetivo, un esfuerzo y una movilización que nos permita incluir cada vez más en las intervenciones el lugar del contexto como generador, receptor, reforzador y retroalimentador de eso individual.
Como postulara hace poco Edgar Barrero Cuellar#, se requiere una movilización asumiendo nuestra deuda con la sociedad colombiana pues la psicología y el conflicto armado nacieron en nuestro contexto en la misma época “pero de espaldas una a la otra“, pues es reciente y aún incipiente el interés de los psicólogos por el entramado social tras la guerra y la crisis humanitaria que vivimos.
Diríamos pues que el reto radica en trabajar cada vez más ubicados en los contextos de intervención, entendiendo estos como la realidad vital de los sujetos de nuestra intervención, es decir, que estas deben centrarse y orientarse entorno a sus necesidades reales y específicas. Si bien ha sido trillado por los psicólogos el hecho de trabajar a partir de la realidad psíquica de los sujetos; resaltamos en la postura de la intervención psicosocial la necesidad de ubicar esta realidad desde y hacia las condiciones vitales del sujeto, es decir, debe leerse desde el contexto las condiciones de las cuales derivan ciertas posturas o situaciones anímicas, así mismo debe buscarse en el contexto las alternativas para la reestructuración de las mismas.
NUEVO SISTEMA SOCIAL
Ubicaríamos ese nuevo sistema social en el lugar de la globalización, el capitalismo y la crisis del mismo, en tanto lógicas que movilizan actualmente las políticas y economías de los diferentes estados a nivel mundial, pues aún aquellos que se ubican por fuera de ellas, ya están asumiendo una posición frente a la misma lógica.
Estas lógicas, como dijimos en el inicio, conllevan no sólo a un cambio en las políticas de gobierno y económicas de las naciones, también promueven una modificación en la instauración de los vínculos entre los sujetos, asunto del cual trataremos de ocuparnos aquí.
No es difícil darnos cuenta como en nuestra cotidianidad han ido emergiendo necesidades justificadas desde la búsqueda de la ampliación de los horizontes de relación, consumo y producción. Detenernos a pensar el aumento en la demanda y oferta de productos como telefonía celular e internet durante la última década son quizás el ejemplo más claro.
Si queremos ir un poco más lejos en la comprensión de estas lógicas nos basta con acercarnos a los adolescentes y niños promedio e interrogar el lugar que dichos servicios ocupan en su vida cotidiana. Ellos están conectados de manera cotidiana con amigos en todo el planeta por medio del MSG y el celular, más aún su tiempo libre transcurre de manera interactiva a partir de los juegos virtuales y programas televisivos que le permiten programar que ven, como se desarrollan las tramas y participar en el desarrollo de las mismas.
Todo esto nos permite visibilizar los avances que dichas lógicas alcanzaron dentro en nuestros contextos cotidianos, emergiendo allí como exigencias y necesidades naturales.
No obstante acudiremos a Immanuel Wallerstein para hacer algunos apuntes acerca de la crisis mundial que actualmente atraviesa dicho sistema social, definida por él en tres líneas:
1. El mundo se encuentra en una profunda depresión. El corto plazo inmediato es lo que le concierne a la mayoría de la gente que enfrenta el desempleo, un ingreso seriamente disminuido y en muchos casos el no contar con un lugar donde vivir.
2. La crisis estructural del capitalismo como sistema-mundo, que encara, en mi opinión, su defunción cierta en los próximos 20 o 40 años.
1. el fallecimiento de la globalización neoliberal, su lema es "Otro mundo es posible" y su estructura la de un espacio abierto sin funcionarios, voceros o resolutivos. El FSM ha estado en contra de la globalización neoliberal y el término altermundistas se acuñó para definir la postura de sus proponentes: otra clase de estructura global. #
No menos visibles serán los efectos de tal crisis en nuestra ya afecta y empobrecida nación, pues si bien dentro de los planes de globalización éramos favorecidos como país tercer mundista en el apoyo de las potencias; ahora que aún estos hablan de crisis, caída en la producción y desempleo, acá todos esos problemas sólo empeoraran, si se puede y ese apoyo queda en un limbo que posiblemente superaremos.
NUESTROS CONTEXTOS DE INTERVENCIÓN.
"...la pobreza y las privaciones junto con el llamado de la propaganda social y las incitaciones al éxito y al consumo constituyen fuerzas significativas que empujan hacia la delincuencia"#.
Me quedo ahora sin autores a quien citar, o mejor renunciare a estos e intentare organizar algunas ideas en torno al panorama de nuestros contextos de intervención, los que podríamos llamar contextos vitales.
Aquellos contextos donde ese panorama de ciudadanía mundial queda en entredicho, cuando nosotros trabajamos con los excluidos de los excluidos, aquellos aún no han sido incluidos en la aldea mundial, ni visibilizados como parte de los ciudadanos del mundo.
No olvidemos que ya reseñaba Adela Cortina Sin adhesión por parte de los ciudadanos al conjunto de la comunidad -sea esta nacional, trasnacional o cosmopolita- es imposible responder conjuntamente a los retos que se plantean. Daniel Bell señalo la necesidad del reconocimiento de la sociedad hacia sus miembros y consecuente adhesión de éstos a los proyectos comunes, componen ese concepto de ciudadanía que constituye la razón de ser de la civilidad.#
Así pues, reconociendo la situación de desplazamiento, empobrecimiento, exclusión y marginalidad que enfrentan las comunidades a las cuales van dirigidos la mayoría de los planes de intervención psicosocial, nos lleva necesariamente al reconocimiento, de que ellos difícilmente pueden ser nombrados como ciudadanos en estas lógica. Es más muchos de ellos no lo son ni siquiera en la lógica judicial del contar con un documento legal que los certifique como tal, dado que la salida e imposibilidad de regreso a sus lugares de origen muchas veces es el primer obstáculo para poder siquiera lograr la consecuencia de su “cedula de ciudadanía”
Aún más, ellos, los otros, los marginados, los excluidos, los desplazados, ni siquiera habitan las más de las veces la ciudad en la cual se encuentran inscritos. Ellos viven en las riveras de la ciudad en lugares entre lo rural y lo urbano, pues sus dinámicas y lógicas de convivencia poco se asemejan a las lógicas de comunidades de esta gran metrópolis, Medellín reconocida como una de las ciudades más tecnológicas y avanzadas de Latinoamérica. Sin embargo, ellos no logran acceder a todos esos avances viviendo en un lugar intersticial, no elaborado, no apropiado aún.
Ellos están allí perdidos, anestesiados, intentando reconstruir sus vidas, en un espacio que ni siquiera les ha sido otorgado para ello, por el contrario la mayor parte de esos territorios han sido señalados como inhabitables por razones de riesgo natural, de normas de construcción, ecológicas y quien saben cuantas más, que son defendidas y sostenidas por estrategias más o menos legales, pero que siempre apuntan a reforzar esa condición de desplazado o más bien, desterrado.
Recuerdo como una de ellas alguna vez decía” estoy anestesiada, todavía es como si tuviera ese ruido en la cabeza y no me dejara pensar”, ese ruido era el ruido inicial de la violencia, del ataque que los saco de su pueblo de origen, era también el nuevo ruido, el ruido del desastre natural que se llevo el rancho, el rancho que después de años de esfuerzo y trabajo habían construido y volvieron a perder, “el ranchito donde no guardábamos todos, otra vez no tenemos nada, otra vez estamos de arrimados” remataba en su frase, para describir lo que había perdido.
Ellos son contemplados como parte del gobierno como parte de sus planes desde la necesidad de atención e intervención que favorezca su reubicación en los lugares de origen, pues el desplazamiento es contemplado como un problema social de las ciudades que los reciben. El destierro es el problema de los municipios de donde sale, pero como también aquellos territorios, no se sabe a quién pertenecen, allí el trabajo no es tal, entonces ellos no pueden estar acá, pero tampoco tiene a donde ir.
Ellos vinieron acá por los problemas de allá, por los que los sacaron de lo que tenía y conocía, acá no conocen y no tiene, pero han conseguido, porque su entrada en la lógica urbana a favorece el reconocimiento de esas necesidades de las que ya hablábamos, esas que el capitalismo creo y reforzó, esas a la que ellos no pueden acceder pero conocen, esas que aumentan la sensación de carencias y desadaptación, porque a esas tampoco logran acomodarse.
Ellos, los adultos no entienden, como ellos, los niños y jóvenes intentan acomodarse y vivir en un territorio que no es suyo pero donde tienen que vivir, ellos han crecido aquí, pero no son de aquí, ellos no viven en Medellín, sólo en sus laderas, no tienen como ir y disfrutar de esa ciudad de avanzada, cuando encuentran los medios esos son al margen de la ley y conllevan a una estigmatización peor.
Ellos los adultos sueñan con volver al pueblo, pero no al pueblo desmembrado por la violencia, al pueblo como era antes de que los sacaran de allí, antes de que su tierra fuera un cementerio, donde los vecinos murieron, las plantaciones y las reses también, ellos son los sobrevivientes de unos pueblos fantasmas, a los que tampoco quieren volver.
Ellos los niños y jóvenes sueñan con vivir en esa ciudad de avanzada y reconocida, esa la más educada, esa que no han podido conocer, no por falta de ganas, sino por falta de recursos y posibilidades de acceso que permitan salir de los márgenes donde han sido ubicados tras su destierro, donde tratan de encontrar su lugar en el mundo, aunque con toda la desesperanza que se funda en sus pérdidas y en las escasa alternativas reales e imaginables de construir un futuro mejor, pues los planes de capacitación, no cubre esos espacios y carencias, porque aun tras la capacitación, las ofertas laborales son esquivas o radican por fuera de sus logros.
Así pues, es difícil ubicarlos en la globalización, cuando en realidad parecen por fuera incluso de su contexto local, dado que la carencias de un territorio en posibilidades dignas los deja por fuera de todo. Sería entonces la tarea iniciar por incluirlos en los microcontextos o contextos locales, antes que en el global.
NOTAS:
# Martín-Baró, I. Sistema, grupo y poder. Psicología social desde Centroamérica II. Capítulo 2. San Salvador, El Salvador. UCA-Editores. 1989.
# Nietzsche
# Director Corporación Cátedra Libre Ignacio Martín Baró. En su Ponencia Psicología social del Autoritarismo. Apuntes para una psico-historia del conflicto armado colombiano. En el Seminario Internacional: Cambios Social. Apuntes de la psicología comunitaria y la psicología política. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín Marzo 26 al 28 2009.
# Wallerstein Immanuel. Enseñanzas de Brasil. El fallecimiento de la globalización neoliberal. En: La Jornada. 2008.
# Ibid. Martín-Baró, I.
# María de la Válgoma. En: movilización educativa.net, Resumen hecho por del texto de ADELA CORTINA nombrado “ciudadanos del mundo”
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